“Tener casa no es riqueza, pero no tenerla es pobreza”, dice el adagio popular que impulsa a millones de colombianos a trabajar y luchar a diario. Ahora bien, ¿cómo tener una vivienda en los lugares más recónditos del país?
Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional, sede Medellín, se hizo esta pregunta y la respondió con valor agregado con las viviendas bioclimáticas.
Los edificios bioclimáticos que se han diseñado y construido en estas condiciones son: un complejo habitacional, una maloca, un aula y diferentes viviendas. Estos son habitados en Isla Fuerte (Cartagena, Bolívar), Titumate (Unguía, Chocó), El Totumo (Necoclí, Antioquia) y Nazareth (alta Guajira).
Un gran desafío
El profesor Antonio Romero, ingeniero de minas de la Universidad Nacional y doctor de ingeniería de la Escuela de Geología de la Universidad de Nancy (Francia), cuenta que el principal reto que enfrentaban era mejorar la calidad de vida de las personas que vivían en estas condiciones extremas, utilizando la mayor cantidad posible de recursos de la zona.
Materiales utilizados
Estas estructuras bioclimáticas son una combinación de saberes ancestrales con materiales industriales.
Al aprovechar los materiales propios de cada lugar, el funcionamiento y la adaptación de cada edificación dependerá de las condiciones climáticas de la zona. Por eso, según el sitio, se usaron recursos como piedra coralina, caña, palma, bejuco, esterilla de guadua, fibra, madera, material pétreo y cemento.
Las edificaciones construidas son prototipos, por ende los investigadores vincularon a la población en el proceso para que pudieran replicarlas de acuerdo con sus propias capacidades.
De acuerdo con la Universidad Nacional habrá una segunda fase para diseñar y construir un nuevo prototipo. Se construirá una estación científica (alta Guajira) en la localidad de Nazareth, la cual servirá de centro integral de capacitación.
En Guarne y Sopetran
Otro tipo de vivienda bioclimática ya se ha venido construyendo en otras regiones de Antioquia. En Sopetrán se han construido dos, en una parcelación que tendrá otras 23 casas de este tipo y en Guarne se levantaron seis, todas para una misma familia.
Estas no son rústicas como los mencionadas anteriormente, ya que pueden contar con todos los servicios públicos y acabados interiores convencionales.
“Estas viviendas se hicieron con bloques de tierra comprimida (BTC), estabilizados con un cinco por ciento de cemento. Además, los componentes de la cubierta son verdes, es decir, es como tener un jardín en el techo de la casa, para que ayude a regular la temperatura y las precipitaciones de agua, ya que absorben hasta un 70 por ciento de las aguas lluvias”, describió Gustavo Enrique González, ingeniero civil de la Universidad Nacional y especialista en construcción sostenible del Colegio Mayor de Antioquia, encargado de liderar la construcción de estas viviendas.
Por ser casas tipo campestre, también se manejaron materiales alternativos para las obras, como la guadua.
Dos grupos de aprendices del Fondo Emprender del Sena, participaron en la construcción de estas casas, mientras que un grupo de 25 madres cabezas de hogar fueron empleadas para la fabricación de los bloques de tierra comprimida.
Según el ingeniero González, el valor del metro cuadrado de las unidades bioclimáticas es 892.000 pesos, mientras que el mismo metro cuadrado con construcción tradicional puede costar hasta 1.200.000 pesos. Las casas construidas en Sopetrán y en Guarne tienen 79 metros cuadrados cada una.
Las “Green House”
Las edificaciones bioclimáticas no son sólo para las poblaciones más apartadas y que viven en condiciones extremas, también existe otro tipo de viviendas que pueden tener todos los lujos y comodidades con los que cuenta una casa o un apartamento tradicional.
Las “Green House” son módulos prefabricados hechos de un material compuesto con polímeros reciclados, el mismo que se utiliza para hacer los envases de gaseosa y agua. Son aptas para cualquier clima, impermeables, de cero toxicidad e inmunes a plagas, hongos y roedores.
Aunque las “Green House” están cubiertas con tierra y vegetación, no presentan filtraciones ni las humedades alcanzan su interior.
Las paredes son rectas hasta los 1.60 metros de altura y a partir de ese punto se arquean formando una bóveda con altura máxima de 3.20 metros. Pueden estar dotadas con todos los electrodomésticos y contar con la instalación de todos los servicios públicos.
En esta alternativa de vivienda, que aspira a suplir necesidades más allá de la residencial, una casa de 100 metros tarda en fabricación 10 días. Una cabaña de una alcoba se puede tardar 3 días en ensamblar y sellar, mientras que una casa de 3 alcobas se puede demorar hasta 6 días.